20 julio 2007

Beige

Estoy "perturbada". No sé si quiero ser tan explícita. Creo que no. El punto es que últimamente se han sumado demasiadas cosas que me tienen en un flashback constante hacia aproximadamente 3 años. Primero fue un sueño, luego fue explorar carpetas perdidas, tarea que le correspondía antes a los álbumes de fotos. Son bien feos los álbumes, no conozco muchos, pero tengo la impresión que son como bien kitsch, onda su rosa loca y un ornamento así bien vistoso por ser. Era el álbum o el wannabe álbum que daban con cada revelado y que salía una mina en bikini fucsia o alguna imagen de la naturaleza, y que tenía un uso alternativo de, en efecto, álbum, o coleccionador de esquelas, un must para cualquier niña de 10 años.
Pero no es los álbumes de fotos lo que me convoca aquí. Como iba diciendo, por diversas razones, me encuentro "retrocediendo" y algo estancada en el presente. No es un fenómeno nuevo. Odio ser tan monotemática y tener que llevar la "carga del recuerdo". No se si puedo o quiero evitarlo.
Pero estoy evadiendo la frase incial. Mi perturbación no se debe directamente a lo que decía antes, pero tiene relación. He descubierto con asombro que algo de lo que hago tiene trascendencia, por decirlo de algún modo. No había reparado en lo potente que es el registro de los archivos de un blog. Pero es testimonio, no se lo traga el ciberespacio.
Puede ser un arma de doble filo, si no me dedico escrupulosamente a borrar lo que me desagrada y conservar lo que quiera. Evito hacerlo, aunque en ocasiones la vergüenza es mucho más potente.
Siempre está latente. Latente la sensación de "sin sentido", de pereza, de derrota absoluta, de chispazos esporádicos, de rabia, de encierro, de beige, el beige no me deja tranquila. Es silencioso pero invasivo. Es casi subliminal.
Estoy de vacaciones. Tiempo de... abandonar los remordimientos por un momento y realmente dedicarse al ocio. No es que no lo hiciera, pero aunque sea difícil de creer, la conciencia me carcomía. Siempre me carcome, igual que el beige.