05 agosto 2006

Ayuda,me perdí

Desapariciones, muertes, trágicos accidentes, simples accidentes. El azar. No sé si es una especie de idea que insiste en aparecer ante el esbozo de una"página en blanco".
Basta una hoja pegada en un poste de madera, una foto de un perro acompañado del mensaje "Ayuda, me perdí", para que vuelva esa molesta inquietud, la horrible vulnerabilidad.
Pobre perro. Su familia lo buscaba, y se perdió, quizás lo atropellaron, quizás vaga extrañando su comidita en pellets y una mano que acariciaba su cabezota. Me niego a pensar que lo encontraron y jamás sus dueños jamás se preocuparon de quitar los carteles y evitarle a un montón de infelices escribir weas varias en un blog.
Cómo poder saber en qué cambia el hecho de que cierres la puerta de salida 5 minutos más o menos, que la micro que se te fue no se incendió en pleno recorrido. O peor aún: quizás a 20 metros de ti, había un billetito de 20 lucas esperando las huellas digitales de un suertudo, que no fuiste tú.
Qué puta hacer. Nada. Por eso sigo mi sabio consejo.
Qué amargada. Impresión errónea, quizás. No puedo evitarlo, de cualquier manera. Por algo, es una impresión.